Detectar un ictus a tiempo
Conocido
también como accidente cerebrovascular, se produce cuando la sangre no llega al
cerebro debido a la obstrucción de una arteria por un trombo o a la rotura de
un vaso sanguíneo. Los síntomas comienzan a aparecer unos 10 segundos después
de que se altere el riego sanguíneo del cerebro. Existen tres síntomas
principales que debes conocer para identificarlo.
Síntoma 1: ¿Eres capaz de sonreír?
La pérdida
de sensibilidad en uno de los dos lados de la cara es uno de los síntomas más
frecuentes. Esto provoca que, al intentar sonreír, la parte derecha o la
izquierda de la boca no se mueva. Este síntoma suele acompañarse de otras
molestias, como una sensación repentina de hormigueo en el rostro, el brazo o
la pierna del lado afectado.
Síntoma 2: ¿Puedes repetir una frase?
La
interrupción del flujo sanguíneo que llega al cerebro puede causar que el
afectado tenga dificultades para expresarse (le cuesta articular las palabras o
lo que dice no tiene sentido). Si crees que alguien está padeciendo un ictus
pídele que repita una frase sencilla, como por ejemplo “Hoy es martes”. También
puede ser que no comprenda lo que se le dice.
Síntoma 3: ¿Levantas bien los brazos?
Esta prueba
tiene relación con la falta de fuerza y sensibilidad que el trastorno provoca
en uno de los lados del cuerpo. Si al intentar levantar los brazos es imposible
hacerlo o uno de los dos cae desplomado, es un síntoma claro de un posible
accidente cerebrovascular.
Hay más síntomas que avisan
Cuando se
altera el flujo sanguíneo en el cerebro también pueden aparecer otros síntomas,
aunque a veces son difíciles de identificar o de relacionar con el infarto
cerebral, porque pueden confundirse con otras dolencias como la migraña.
Conocerlos te ayudará a reaccionar rápidamente.
Alteración de la visión
Es posible
que la persona afectada vea borroso, doble o que incluso pueda perder la visión
de uno o de los dos ojos durante unos momentos. Este síntoma puede deberse
también a otras causas, como por ejemplo una migraña con aura. En todo caso, si
se pierde visión (de un ojo o de los dos), aunque sea de manera temporal, hay
que acudir a Urgencias lo antes posible.
Dolor de cabeza repentino
Desequilibrio y mareo
Es habitual
que, cuando se sufre un accidente cerebrovascular, el afectado se desequilibre
con facilidad o tenga dificultades para caminar, al perder la fuerza de uno de
los dos lados del cuerpo.
Problemas de oído, olfato, gusto
El ictus
también puede provocar que otros sentidos como el olfato, el gusto o el oído
queden temporalmente afectados. En el caso del tacto, puede sentirse un cierto
hormigueo.
De pronto, falla la memoria
Una pérdida
repentina de memoria también debe ponerte en guardia. Este tipo de amnesia no
tiene nada que ver con las pérdidas de memoria que se producen con la edad sino
que generalmente irá acompañada de una sensación general de gran confusión
mental.
Problemas de coordinación
Cuando se
produce el infarto, se da una dificultad para coordinar movimientos. Así, por
ejemplo, cuesta mantenerse erguido, se pierde el equilibrio con facilidad y se
tiene una sensación de mareo, vértigo o problemas para andar.
Debilidad muscular
Se siente
debilidad y falta de fuerza en un brazo o pierna. Es muy probable que sea en el
brazo y la pierna de un mismo lado del cuerpo a la vez. Esta sensación puede
acompañarse de entumecimiento, hormigueo y menos sensibilidad. Esto también
puede afectar a la cara. En este caso se nota la cara acartonada. No hay que
confundirlo con el hormigueo que se siente cuando se nos duerme un brazo o una
pierna tras un rato en una mala postura.
Al hospital no se va, te llevan
Es
fundamental que cuando se noten los primeros síntomas, como paralización de un
lado de la cara, debilidad en una parte del cuerpo o problemas de habla, se
llame sin perder tiempo al 112 y se describan los síntomas. De esta manera se
activará el ‘Código Ictus’ y un equipo sanitario trasladará al enfermo a una
unidad especializada en ictus en un tiempo récord, lo que es clave para la
supervivencia. Este procedimiento es mucho más efectivo que acudir a urgencias
por nuestro propio pie.
Mientras llega la ambulancia
Acomoda al
enfermo, aflójale la ropa y deja espacio a su alrededor para que respire
bien. Procura que esté tumbado de lado, con la cabeza ligeramente levantada
para evitar un ahogamiento si hay vómitos. Si no hay nadie que pueda estar con
el enfermo, lo mejor es que primero lo acomodes y luego llames al 112. No le
des líquidos ni alimentos para evitar atragantamientos.
Los neurólogos manejan la siguiente frase como un mantra: el tiempo es cerebro. De ahí que la celeridad de la asistencia médica primaria a la persona que lo ha padecido resulte esencial para salvar la vida del paciente.
ResponderEliminarCuanto antes se produzca su traslado a un hospital, se le practiquen pruebas y, en caso de necesidad, se le someta a una operación, más probabilidades tendrá de salir adelante y de padecer menores secuelas.
El sedentarismo, la tensión alta, la mala alimentación y hábitos de consumo como el tabaquismo o la alta ingesta de alcohol aumentan el riesgo de padecer un ictus. Otros como la edad también juega un papel determinante a la hora de sufrir esta enfermedad. Hay mayor riesgo entre la población de más de 60 años.
Saludos:
Tienes razón amigo, pero hoy, con el estilo de vida que tenemos , ya es normal que lo sufran también la juventud.
EliminarQue penica!
Un abrazo!!!!