Y sigue mi
lucha.
Aunque si
soy sincera, tampoco me cuesta tanto.
Estoy
disfrutando de la recuperación de los sentidos antes perdidos y hoy recuperados
poco a poco.
Ayer tuve
dos anécdotas:
·
En
el trabajo, llega un albañil de los que trabajan conmigo, al cual le escuchaba día
si, día no, ¡Tienes que dejar de fumar¡ ¡Te vas a morir antes de disfrutar de
la jubilación¡ La verdad que siempre que me pillaba con el cigarrillo en la
mano, se me indigestaba por sus adjetivos
o
Vaya
olor que despides
o
Ya
verás los dientes como se te van a caer
o
El
color de la piel gris lo tienes por el tabaco
o
Pareces
cualquier cosa en la puerta fumando
o
Etc,etc.
·
Pues
ayer llegó a mi oficina y yo todo feliciana le digo ¡SOY NO FUMADORA¡ con mi
gran sonrisa, y al personaje solo se le ocurre decirme, ¡Sí¡ ¡Hasta que
vuelvas¡, gracias a Dios tenía mi pelota anti stress en la mano, y apretándola con
la izquierda me contuve de no lanzársela a la cabeza. Mi respuesta fue, no
tengo nada que demostrarte a ti, solo a mí, y te lo he contado porque creí que
te ibas a alegrar, ya lo siento tengas tan poca confianza en mí.
·
No
sé si este mes le pagaré, jeje.
·
Y
la segunda fue, esperando a coger el bus, en la marquesina, resguardándonos del
aire y de la lluvia, a mi lado una mujer luchando por encender un cigarrillo,
lo olí y me dio asco el olor y pena la que lo había encendido. Ella era como yo
hace una semana, no me puedo creer que alguien sintiera por mí lo mismo que yo
sentí por ella.
SOY LIBRE
Creo que ese compañero se merece el castigo de que este mes no cobre su sueldo, je je je, en una primera lectura se podría decir que su respuesta no fue nada acertada en relación a sus comentarios anteriores.
ResponderEliminarMás ya sabes que en cualquier situación trato de extraer la parte positiva y en este caso no te voy a fallar. Veras, la guerra antitabaco es larga y con muchos altibajos, el porcentaje de exfumadores que recaen en el tabaquismo – en comparación con el de los valientes que superan satisfactoriamente su adicción – es muy alto y por tanto aquellos no estas exenta de una nueva recaída tabaquil.
Esta anécdota me ha recordado aquella leyenda sobre los cesares romanos, cuando tras alguna gran víctoria de sus legiones recibían las aclamaciones del pueblo de Roma, un asesor a su espalda le decía: ‘recuerda que eres mortal’. Con ello trataban de que el líder romano no se endiosase y cayeran en el error de creer que aquellas aclamaciones y vítores del pueblo perdurarían para siempre.
La expresión ¡hasta que vuelvas! Es un aviso para recordarte que el peligro de recaer está cerca de ti y al mismo tiempo puede servir como un refuerzo de tu voluntad de no recaer en este peligro.
Como puedes ver, si es que me lees este aporte hasta el final, de tu decepción inicial también se puede sacar una satisfacción personal, y porque no señalarlo, cierta gratitud hacia ese compañero pues con sus palabras ha expuesto ante tus ojos un peligro que está presente en tu decisión de abandonar para siempre el tabaco.
Quizás algún día dicho compañero te felicite por tu éxito cuando plenamente seas NO FUMADORA.
Ánimos que tú puedes conseguirlo;
Parto del hecho que me siento ya NO FUMADORA, y también te digo que no necesito que nadie me diga que puedo llegar a recaer, conozco el peligro.
EliminarPero he dicho desde el principio que esta es la de verdad, mi cabeza se ha decidido por el cambio y me ayudará.
El bicho casi lo tengo dormido.
Un Abrazo Amigo!!!!